Cuando una persona decide poner su piso en venta, una de las primeras preguntas que surgen es: ¿Qué precio le pongo? Esta pregunta es clave a la hora de conseguir un comprador en poco tiempo. Para acertar con el precio de venta de una vivienda hay que tener en cuenta varios aspectos. El valor real de mercado y el precio de tasación son dos de los pilares en los que apoyarse para poner precio a un piso en venta.
Una vivienda, por lo general, es un bien que se compró con gran esfuerzo, se amuebló con ilusión y que está lleno de recuerdos. Muchos vendedores tienden a dejarse llevar por ese valor sentimental a la hora de fijar un precio. Este error tan común es uno de los principales motivos por los que los pisos permanecen meses o años en venta sin que nadie se interese por ellos.
¿Cómo sé cuál es el valor real de mi vivienda?
Un piso en venta no tiene el precio que tú le quieras poner sino el precio que el comprador está dispuesto a pagar. Y para que el comprador considere que el valor de tu vivienda es el correcto entran en juego varios factores. Uno de los principales es la tasación.
La normativa que regula la tasación de viviendas establece las normas de valoración de bienes inmuebles según su finalidad. Es decir, un inmueble puede tener tasaciones según el objetivo de las mismas.
Si el comprador debe pedir una hipoteca, un requisito imprescindible del banco es realizar una tasación de la vivienda a efectos hipotecarios. Un técnico especializado analiza varios factores que influyen en su valor real.
¿Qué se tiene en cuenta en la tasación de un piso en venta?
Tras examinar el inmueble, el tasador emite un informe de en el que refleja su valor, que se calcula en función de las condiciones del mercado actuales, su uso en el momento de la tasación y otros usos alternativos que pueda tener.
Los principales factores que afectan al precio de un piso en venta son los siguientes:
- El valor de mercado de la vivienda
- La ubicación del inmueble
- La proximidad a servicios públicos, como hospitales, colegios o transporte
- La antigüedad de la vivienda y su estado de conservación
- Las reformas realizadas
- La calidad de los materiales de construcción
- La eficiencia energética
- La situación del piso dentro del edificio (orientación y altura)
- La superficie y la distribución
- Los elementos extra, como garaje o trastero
- El precio medio de vivienda similares en la misma zona
Aunque existen diferentes métodos para realizar una tasación según su finalidad, siempre hay que tener en cuenta el valor de mercado en el momento actual, es decir, el precio que un comprador está dispuesto a pagar. Este último factor es muy importante porque los precios de mercado varían.
Estamos habituados a que las viviendas se revaloricen con el tiempo pero la explosión de la burbuja inmobiliaria nos enseñó que no siempre es así. El valor de mercado puede cambiar dependiendo de las circunstancias.
Si vas a poner tu piso en venta conviene realizar una estimación para poder fijar el precio óptimo. Puedes solicitar este informe a una empresa de tasaciones inmobiliarias.
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